by JUANCA
viernes, 19 de diciembre de 2008
Mi pequeño homenaje a la mejor trilogia de la historia del cine. Con la trilogía de El padrino, Francis Ford Coppola llevó a cabo una empresa que le honra como narrador de historias, como director de cine, como artista. Siempre sucede con los clásicos, que sacian sin saciar. Apenas pasan unas horas desde que uno culmina el visionado de la trilogia y no encuentra el momento de volver a verla cuanto antes. La hostoria de El padrino, es la historia de los Corleone, una organización que es mezcla entre familia e imperio del crimen. El hilo conductor es la transformación de Michael Corleone (Al Pacino), hijo menor del líder de la mafia italo-americana, que iba para hombre respetable por su honradez y acaba convirtiéndose en hombre temido por su poder para el mal, sucediendo a su padre don Vito como padrino. En la primera entrega, Michael sufre el primer giro, del “Yo no soy como ellos” que le dice a su novia Kay (Diane Keaton), a la consolidación como padrino, tras la muerte de su padre. En la segunda entrega, se entrelazan dos historias: el flash-back que narra cómo Vito Andolini llegó a ser Don Corleone, y la protagonizada por Michael, a quien sus enemigos intentan eliminar por medios legales e ilegales. En la tercera entrega, que Coppola quiso titular “La muerte de Michael Corleone”, se nos presenta la organización Corleone perfectamente “legalizada”, acosada por poderosos mafiosos y miembros corruptos de la jerarquía católica, con una trama personal de redención del protagonista.

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